Cuando tienes un momento para relajarte al día te llegan noticias como ésta y te lo joden del todo.
Un futbolista llamado Luís Moreno, de un club de fútbol de Colombia, no tiene mejor idea que patear a una pobre lechuza que atolondrada sobrevolaba el campo cuando estaban jugando y en pleno vuelo se encontró de bruces con un balonazo inesperado. El pobre animal cayó al suelo y este ejemplar le endiña una patada que la deja malherida en el césped. ¿Pero que le pasa a gente?
La lechuza, que además era símbolo de la localidad de Barranquilla, no ha logrado sobrevivir y ha muerto por las heridas causadas por un bestia que después de lloverle todas las críticas del mundo por su “benevolente actitud” ha manifestado su redención con un mea culpa: “me disculpo ante todo el país y más ante la hinchada de Barranquilla porque fue una acción muy grave, y si recibo alguna sanción, pues la tomaré”. ¿Redención? Lean esto por favor: “pateé a la lechuza por la calentura del momento, no fue un golpe terrible, fue más por sacar al animal de la cancha”, estas palabras para salvar el culo también salieron de la boca del deportista, como si la pobre ave con esa gran patada y el balonazo anterior pudiese volar. Inútiles fueron los esfuerzos posteriores por salvarla, la excesiva manipulación del animal, la exposición a la luz y el estrés le ocasionaron la muerte.
La Policía Ambiental de Barranquilla ha abierto un proceso judicial por incurrir en una falta contra la protección animal.
Video del momento de la patada
