GALERIA ANIMAL


lunes, 20 de septiembre de 2010

EL ARTE GRILLADO

Como en muchas definiciones la palabra “arte” se utiliza de una forma equívoca. No es la primera vez que un “dícese” artista utiliza su medio de expresión más oculto para demostrar que lo absurdo roza a veces la monstruosidad.

Esta semana el extremeño Ismael Alabado, el autor de tal atrocidad, no se le ocurre más que hacer una exposición llamada “Zorba” en la que miles de grillos morían poco a poco bajo un panel rosado. Pegados vivos a una pared o pinchados con un alfiler, si señor. La justificación del artista y responsables del proyecto ,ante las críticas recibidas de varias asociaciones protectoras de animales, es que “vivimos en una sociedad hipócrita que hace este tipo de críticas injustificadas y sin embargo permite las corridas de toros”. Lo cierto es que esta clase de personas que no tienen argumentos siempre utilizan la misma respuesta, el mismo argumento repetido hasta la saciedad. ¿por qué siempre comparan y evitan la realidad no respondiendo realmente el hecho en cuestión? Sr. Alabado no estamos hablando de toros, que ya hace largo tiempo en España que SÍ se está luchando por la abolición pero en su caso, estamos hablando de grillos.

Lo que es más negligente de todo este caso es que esta exposición haya sido aprobada previamente por los políticos de turno, esto si que es grave y en realidad da mucho que pensar. O bien, que cuando el artista presentó su obra, nadie de los que debían aprobar su exposición le mostró interés alguno o por el contrario le mostró tanto interés que dio por hecho de que la sociedad no iba a reaccionar ante tanta absurdidad.

Afortunadamente la Junta de Extremadura ha abierto un expediente para verificar los hechos y para determinar si los grillos sufrían o no. No sé, que se claven ellos un alfiler, se pinchen en la pared y vean si la cosa es de chiste.

Este no es el primer caso, también hace algún tiempo otro “artista”  hizo que la estupidez lo reconociese en todo el mundo cuando rescató a un perro de la calle, lo aisló en una sala de exhibición donde el pobre animal se iba apagando poco a poco sin agua y sin comida. Si esto es arte, algunas personas deberían replantearse ir al psicólogo o más bien al psiquiatra y con una medicación para terapias intensivas.