GALERIA ANIMAL


lunes, 21 de febrero de 2011

GAIA, HISTORIA DE UNA PITBULL - ADOPCION

La tiraron por encima de la valla de un refugio de Granada con una cuerda de dos metros, medio saco de pienso y sin pensar en las consecuencias. En ese momento había 4 perros grandes sueltos, podía haber pasado cualquier cosa ya que la introducción de perros nuevos en los refugios tienen su proceso y pueden pasar días hasta que el perro nuevo es aceptado.

Tiene tan solo 3 años y esta pequeña pitbull ya sabe lo que es ser abandonada como un juguete roto. Y además con el San Benito en la espalda de “perro peligroso”. Comprendo que es un tema espinoso y delicado para debatir, que las dudas de sociabilidad de esta raza están en la calle y que los medios de comunicación no ayudan demasiado crucificando a unos perros que son usados para peleas, para criar camadas sin descanso y para satisfacer a unos dueños que no saben lo que tienen en sus manos y los educan para el ataque.

Gaia necesita un adoptante que pase el examen psicológico que existe por ley. Es una perra sociable y tranquila que requiere la estabilidad de un hogar, se lleva bien con las personas pero es dominante con otros perros. Gaia necesita una segunda oportunidad pero con alguien que esté dispuesto y preparado para su adopción.

Son muchas las historias que se cuentan de esta raza y algunos los casos verídicos de ataques, que seguro si se analiza el como y el porqué de cada uno de ellos, nos sorprenderían las causas. Los expertos lo repiten hasta la saciedad, la base está en la educación que se les de, son perros de gran potencial y fuerza, que no todas las personas son aptos para tenerlos, y menos aquellos que solo los utilizan como mercancía de autosatisfacción o negocio.

Si quieres darle esa oportunidad a Gaia y logras el certificado legal ponte en contacto conmigo: enkatripiana@gmail.com

*hace algún tiempo una pitbull hembra se cruzó en mi camino, la habían maltratado, utilizado para criar, tenía leishmania y por las marcas de su cuerpo, también la habían usado para pelear. Con la ayuda de buena gente logramos traerla a casa y en la semana que estuvo conmigo jamás me hizo un mal gesto a pesar de sus heridas, soportó largas horas de camino pegada a la espalda del asiento de mi coche, sin una sola réplica. Fue operada gracias a una gran persona y hoy está felizmente adoptada. No me cansaré de dar las gracias a todas las personas que en la sombra y sin más ánimo de lucro que el de la satisfacción de la ayuda,  se implican en casos como éste y  en otros miles.