Hace dos días la
edición digital de elmundo.es daba la noticia de que dos delfines habían muerto
en un parque acuático de Suiza por ingerir opiáceos. Shadow y Chelmers eran los
nombres de los delfines que fueron incapaces de subir a la superficie porque a
unos descerebrados se les había ocurrido darles una mezcla de droga sustituta
de la heroína, buprenorfina.
Esta gilipollez
humana sucedió durante una fiesta rave en un parque acuático suizo que fue
alquilado de forma privada por un buen dinero, si ya de por sí es antinatura
tener a animales salvajes encerrados en delfinarios, zoos, recintos, jaulas,
circos etc. imagínense si este espacio se alquila para una fiesta sea del
carácter que sea…aberrante.
Connyland es el
nombre del parque, está en la localidad suiza de Lipperswill porque, para que
estos actos no se vuelva a repetir, hay que poner nombres y apellidos. Al
parecer no es la primera vez que mueren animales en ese lugar, en los últimos
tres años han perdido la vida seis mamíferos marinos por no tratarlos como es
debido y aún los tribunales se piensan si actuar por ley o no.
Mas de una hora
tardaron los delfines en morir, dando vueltas de un lado a otro y echando
espuma por la boca…