Lo que a veces parece imposible puede hacerse realidad si existe un objetivo común que magnifique necesariamente una gran causa. Esto es lo que ha pasado con las numerosas acciones activistas que se han realizado en todo el mundo para que cese la caza de ballenas en los mares del sur.
La buena noticia que apaga el mes de febrero es que la llamada pública internacional realizada por los gobiernos de 9 países latinoamericanos que forman la mayoría del Grupo de Buenos Aires (GBA), agrupación regional de naciones conservacionistas, ha dado su fruto y por ahora Japón ha cesado la denominada "caza de ballenas con fines científicos".
La WSPA, que apoyó expresamente a la GBA, ha comunicado que estas acciones deben hacer pensar al gobierno japonés que el cambio en sus políticas de gestión ballenera tienen que ir hacia la regulación de una normativa que permita la protección de estos grandes mamíferos.
A pesar de esta gran noticia y de la movilización mundial, no podemos olvidar que solo es un cese temporal y que el sufrimiento de las ballenas continua en nuestros mares, Japón sigue cazando ballenas en el Pacífico Norte y países como Islandia y Noruega matan anualmente a más de un millón de estos animales con una muerte lenta y dolorosa. Por si lo dudáis, estas muertes solo se llevan a cabo con fines comerciales.
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